En la región de Papantla, Estado de Veracruz, en la República Mexicana, habita el pueblo Totonaco, cuyos primeros reyes ordenaron levantar templos a sus dioses, siendo Tonacayohua, la diosa de la siembra, pan y alimentos. Esta diosa tenía a su servicio 12 jóvenes que desde niñas hacían votos de castidad.
El tercer rey, Teniztli, consagro a su bella hija, Tzacopontziza (Lucero del Alba), al culto de Tonacayohua.
Tiempo después, el príncipe, Zkotan-Oxga (Joven Venado), se enamoró profundamente de Tzacopontziza, a pesar de saber que tal sacrilegio estaba penado con el degüello.
Lucero del Alba fue raptada por Jóven Venado y al ser descubiertos por los ofendidos sacerdotes, fueron degollados en el lugar donde los apresaron y sus corazones sirvieron de ofrenda a la diosa.
En el lugar del sacrificio broto un arbusto y junto a su tallo comenzó a crecer una orquídea trepadora, de elegantes y cinceladas hojas, con tanta fuerza y delicadeza a la vez, que parecían los amorosos brazos de una mujer, reposando en el seno de su amado.
Una mañana, la planta se cubrió de pequeñas flores y el sitio se impregnó de un exquisito aroma.
Los sacerdotes y el pueblo, no dudaron en creer que la sangre de los príncipes se había transformado en arbusto y orquídea; su sorpresa fue mayor cuando las florecillas se convirtieron en largas y delgadas vainas, que despedían un exótico perfume, como si el alma inocente de Lucero del Alba se prodigara en fragancias.
La orquídea fue declarada planta sagrada y se elevó como ofrenda divina, hasta los adoratorios Totonacos, quedando ligada a la cultura agrícola del pueblo.
Así, de la sangre de una princesa nació la vainilla, que en Totonaco es llamada Caxi-Xanath que significa “Flor Recóndita”.
Clasificación Botánica:
Tribu.- Ofídeas.
Familia.-Orquidáceas.
Género.- Vanilla sp. (planifolia).
Es una planta herbácea (bejuco), perenne y trepadora, requiere de tutores, umbratícolas (necesita sombra).
El tallo carnoso, cilíndrico, formado por entre nudos de color verde obscuro, se desarrolla longitudinalmente varios metros, se ramifica muy poco y tiene un diámetro de uno o dos centímetros; las hojas son subsésiles, alternas, simple, enteras, contraídas en la base, con peciolo corto, de una longitud de 10 a 20 cm por 3 a 7 cm de ancho paralelinervos y carnosos.
Las flores están dispuestas en forma alterna sobre una maceta floral axilar que nace por debajo de la hoja; perigonio articulado con el ovario, con las hojuelas erguidopatentes, semejantes entre sí, las interiores y exteriores iguales; labelo adherido al ginostermo, plano y con ápice arrollado; ginostermo casi recto, no alado y la entera terminal opercular, con dos masas polínicas granulosas.
El fruto es una cápsula silicuiforme y carnosa, dehiscente, ligeramente triangular, casi cilíndrico cuando esta verde y deprimido, cuando esta beneficiado, de 15 a 20 cm de largo. Las semillas muy pequeñas y globosas, con la testa sólida, olor suave y balsámico, sabor acre, picante y aromático.
Las primeras noticias que se tienen de la vainilla, datan de los años 1427-1440, cuando el rey azteca Izcoatl logró en sus expediciones guerreras la conquista del Imperio Totonaco.
Estos fueron obligados a pagar tributos diversos entre ellos el fruto de la vainilla llamado en náhuatl “Tlil-xochitl” que quiere decir “Flor Negra”. Los aztecas usaban la vainilla para perfumar el chocolate, bebida que era del gusto de los nobles.
La vainilla se conoció en el Viejo Mundo a raíz del primer embarque que de ella hizo Hernán Cortés en el año de 1519, cuando envió a España a Francisco de Montejo y a Porto Carrero como portadores de los réditos de la expedición, consistentes en joyas, mantas, curiosidades, etc.. Entre todo este embarque estaba la vainilla.
En el año de 1793 fue llevada la vainilla al Jardín Botánico de París. Posteriormente fue llevada a Inglaterra en el siglo XIX en donde floreció y fructificó.
En 1822 se enviaron a la Isla de Reunión las plantas que se habían multiplicado en el Jardín Botánico de París de donde se propagó esta orquídea mexicana a la mayor parte de las comarcas del Océano Indico.
En el año de 1850, de la Isla de Reunión y del Jardín Botánico de París, se llevaron las plantas a la Isla de Madagascar, en donde, desde entonces la vainilla prospera notablemente.
La vainilla, netamente mexicana, es una de las mayores aportaciones de México a los sabores y olores del mundo.